Estudiando anatomía

Animado por los comentarios a mi primer relato, tras unos meses de silencio he decidido contaros, en esta sección de fantasías, uno de mis mas pertinaces sueños eróticos. Nunca podré convertirlo en realidad, por lo que me contentaré con relatarlo, para intentar poner cachondo/a a mas de uno/a, pues de eso se trata.
Nos acercamos a fin de curso y dos quinceañeras del 3er. curso de ESO iban discutiendo, mas o menos acaloradamente, cómo iban a poder realizar el ejercicio de ciencias naturales en tan poco tiempo. Diremos que se trataba de Rosa y Silvia, por ponerles un nombre a nuestros personajes.
En esto que les alcanza Juan, primo de una amiga de ellas, que se dirigía a su casa, de regreso del instituto. Juan ya tenía 19 años y cursaba 2º. de arquitectura. Al escuchar sus comentarios, se interesó por el tema y les preguntó:
-Juan: ¿de qué discutís tan acaloradamente?
-Rosa: Verás, es que tenemos que realizar un trabajo sobre anatomía del cuerpo humano y no vemos como empezarlo.
-Silvia: se trata de los genitales masculinos y femeninos, y la relación entre ambos, y tan sólo disponemos de un croquis que nos hizo la profesora.
-Rosa: tu tienes a tu prima, que es de tu misma edad; pero nosotras sólo tenemos hermanos mas pequeños y no nos pueden ayudar.
-Juan: bueno, ejem... yo... la verdad, de esto no entiendo mucho. Lo mío son las casas y los terrenos; pero si os interesa, algo puedo enseñaros.
-Silvia: ¿de verdad nos harías el favor? Es que no sabemos por donde empezar y, además, tenemos un montón de dudas. Fíjate: dice la profesora que el pene del hombre se introduce en la nuestra vagina!!!
-Rosa: y no entendemos como una "pilila" puede conseguir tal cosa... Fíjate en el croquis...
Rosa se refería, evidentemente, al único pene ("pilila") que conocía, que era el de su hermanito. Para entonces Juan ya estaba en la puerta de su casa, así que las invitó a pasar hacia el interior, para proseguir con las explicaciones. Juan era un chico delgado, bien fornido, amante de la natación. Rosa era una chica rubia, de pelo cortito y fascinantes ojos grises. Silvia llevaba dos coletas que recogían su larga melena negra a ambos lados de su cabeza. Sus ojos azules le daban un brillo especial a su mirada angelical.
-Juan: pasad, pasad, que os voy a mostrar algo!!!
Juan dejó sus libros en la mesita y se dirigió a su dormitorio. Al poco rato regresó sin los pantalones, dejando su monumental pene a la vista de las dos niñas.
-Juan: veis, esto es un pene adulto... ¿Qué os parece ahora?
-Rosa: bueno, eso ya es otra cosa!!!
-Silvia: ¿y a mi hermano le crecerá también así?
-Juan: bueno, así y... tal vez algo mas. Acercaos...
Juan se tumbó en el sofá y les dijo a las niñas:
-Juan: podeis tocarlo, si quereis, que no muerde... Así tendreis mas datos para vuestro trabajo.
-Silvia: ¿de verdad nos dejas?
-Rosa: pero Silvia, ¿y si vienen sus padres, que van a pensar?
-Juan: tranquilas que no llegan hasta mas tarde. Además no estamos haciendo nada malo, se trata de una clase práctica de anatomía.
Silvia, más decidida, se agacho y, temblorosa, hizo por tocar el "morcillón" de Juan, a ver que tal sentía. Rosa se agachó también y con menos remilgos que Silvia sopesó los testículos de Juan.
-Rosa: la profesora nos dijo que los testículos eran los depósitos del semen; pero me pensaba que serían mas blandos aún.
-Silvia: y si el pene es tan "fofo", ¿cómo se introduce en la vagina?
-Juan: si Rosa sigue así con los testículos, pronto vereis la respuesta.
Poco a poco el pene de Juan fué creciendo, al compás de las caricias de Rosa. Absorta en el "experimento", Silva pasó su dedo por la punta de glande, de donde brotaba un líquido transparente y viscoso, lo que le hizo dar un brinco al pene de Juan. Las dos niñas retrocedieron asustadas y Juan les dijo:
-Juan: no os asusteis, que no pasa nada. Lo que ocurre es que al excitarme mi pene toma vida y da estos brincos.
-Rosa: ¿y no te duele "eso" tan grande?
-Juan: no, para nada. Además todavía podría crecer mucho mas!!!
-Silvia: ¿siiiiii? ¿coooomo?
-Juan: cambiando vuestras piruletas por mi pene.
-Rosa: arggg, que asco!!! ¿Como vamos a chuparte el pene?
-Silvia: asco ¿porqué? ¿No ves que no es mas que un pedazo de carne?
-Rosa: si, por eso... ¿cuando has chupado tu carne?
-Silvia: pues de mas pequeña te chupabas el dedo gordo, ¿recuerdas? Pues lo mismo, mira Rosa... ¿puedo Juan?
-Juan: si, pero ten cuidado con tus dientes.
Silvia dejó su piruleta encima la mesita del salón y se afanó con el erecto pene de Juan, que al contacto con la suave lengua de Silvia siguió creciendo y creciendo. Rosa no podía creer lo que veía!!!
-Rosa: ¿y esto cuando para? ¿Hasta cuando crece?
-Juan: pues mucho mas aún, si me ayudais un poco mas...
-Silvia y Rosa: Ayudarte, ¿cómo?
-Juan: mirad, yo estoy desnudo y vosotras andais tal cual estabais en clase. Si os quitarais la ropa, además de estar mas cómodas, veríais lo que vuestros cuerpecitos son capaces de hacer con mi instrumento!!!
Silvia y Rosa se cruzaron una cómplice mirada y, sin mediar palabra, no tardaron ni diez segundos en despojarse de sus blancas camisas. Dada la época del año (fin de curso) el calor empezaba a notarse, por lo que ambas iban sin sujetador, con lo que sus senos quedaron a merced de Juan, cuyo pene no tardó en dar otro saltirón, fruto de la creciente excitación.
-Juan: ¿veis como crece? Y cuando ya no puede crecer más, se va poniendo mas duro.
-Rosa: ¿pero eso no es peligroso? ¿no puede reventar?
-Juan: reventar, reventar, no... Lo que sucede es que al final, cuando uno ya no aguanta más, el pene acaba soltando un líquido blanquecino, que es el semen, y que a las chicas les encanta!!!
-Silvia: ¿Y nos lo podrás enseñar? ¿Te saldrá a tí esta lechecita que dices?
-Juan: bueno, para eso tendrías que ayudarme un poco mas... Si os quitais vuestras braguitas y me enseñais vuestros "conejitos", seguro que conseguireis hacer salir mi leche, para que veais cómo sabe.

-Rosa y Silvia: ¿nuestras braguitas? Ah no, ¡¡¡eso si que no!!!
-Juan: veamos, ¿quereis sacar un sobresaliente en vuestro ejercicio o os conformais con un aprobado?
Silvia y Rosa volvieron a mirarse de nuevo y, algo tímidamente, se quitaron sus blancas braguitas. Rosa tenía una vagina sonrosada, casi sin bello y unos pechos bien formados. Silvia, en cambio, tenía la vagina bien poblada, pero los pechos mas pequeños, aunque muy tersos. Ante tal visión, el pene de Juan dió otro estirón, que hizo lanzar un grito de asombro a las dos niñas, quienes saltaron a una sobre él para asirlo con firmeza y seguir devorándolo con fruición. Fruto de la natural excitación, ambas habían empezado a segregar fluidos vaginales, que al escurrir por la poco poblada vagina de Rosa hicieron que ésta se incomodara un poco.
-Rosa: Juan, ¿y esto que me gotea que és? Nunca me había sucedido
-Juan: esto sucede para lubrificar el paso del pene por la vagina y facilitar así su penetración...
-Silvia: si anda, ahora nos dirás que ese "nabo" nos lo meten por el "conejito"... TU ALUCINAS!!!
-Juan: ¿no decíais que teníais un croquis? Pues miradlo, yo no me invento nada...
-Silvia: esto... si, pero... el del croquis es mas pequeño... ¿Cómo va a entrar "eso" a través de nuestra rajita?
-Rosa: si el lo dice, déjalo, que nos enseñe... A ver, ¿cómo se hace?
-Juan: hombre... vereis... yo sólo pretendía enseñaros lo que podía crecer un pene... y nada mas....
-Silvia: pero dijistes que nos ibas a ayudar en nuestro trabajo... no nos dejarás ahora a medias, ¿verdad?
-Juan: bueno, vale... ¿quien quiere probar?
-Rosa: yo, yo, yo!!! ¿Que tengo que hacer?
Juan se acomodó en el borde del sofá e indicó a Rosa que se acercara de espaldas.
-Juan: Rosa, sientate sobre la punta de mi pene y Silvia abrele los labios menores para que veas como se introduce. Cuando notes el calor de mi glande en tu vagina, empieza a sentarte lentamente.
Rosa obedeció sin rechistar y Silvia observó pasmadamente cómo el pene de Juan iba desapareciendo en el interior de Rosa. Rosa se retorcía endiabladamente a cada milímetro de carne que engullía, lo que denotaba una sensación de inmenso placer. Cuando hubo quedado sentada completamente sobre los testículos de Juan, éste dijo:
-Juan: ¿veis como entra? Ala, ya puedes levantarte.
Al hacerlo, Rosa experimentó tal sensación de placer que no pudo evitar dejarse caer de nuevo sobre los testículos de Juan, introduciendo de nuevo todo su pene en las entrañas de Rosa. Entonces Juan exclamó:
-Juan: si sigues así vas a hacer que me "corra", y esto no sería muy agradable, pues os iba a dejar todas pringosas!!!
-Silvia: se refiere a que eyacularía y expulsaría todo el semen almacenado en las testículos.
-Rosa: Ah! Pues eso tenemos que verlo... es fundamental para nuestro trabajo!!! Además dijistes que nos ibas a enseñar como salía tu lechecita, ¿no?
Acto seguido Rosa inició un acompasado sube y baja, por espacio de unos cinco minutos, mientras que Silvia seguía embobada viendo como la rajita de su amiga Rosa engullía una y otra vez aquel inmenso pedazo de carne.
De repente Juan dijo:
-Juan: ahora, ahora, apartate Rosa, y fíjate bien, Silviaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!
Rosa de incorporó y nada mas hacerlo, Juan descargó todo su contenido semen que, por la posición que ocupaba Silvia, fue a parar directamente sobre su cara y su pecho. Silvia se relamió y refregó el pecho con las manos y Rosa, apartada para comtemplar la eyaculación de Juan, exclamó:
-Rosa: anda, toda la leche para tí!!! Yo hago el trabajo y tu te la bebes toda!!!
-Juan: no os preocupeis, que habrá mas para todas!!!
-Silvia: mira Juan, y esto de ahí ¿qué es?
Silvia seguía aún agachada, de cluquillas, relamiendose el sémen de Juan, y al levantarse notó que "algo" le incomodaba en su vagina. Fruto de la natural excitación, su clítoris se había inchado y al tener que reubicarse en su lugar de reposo hizo que Silvia lo observara.
-Juan: esto es el "pene" de las chicas, y se denomina "clítoris". Igual que a los chicos les crece el pene, a las chicas os crece el clítoris.
-Silvia: ¿y nuestro clítoris también crece tanto como vuestro pene?
-Juan: no, tan sólo unos pocos milímetros. Sirve para que roce más con el miembro masculino y proporcione más placer a la mujer. Aunque existen otras formas de proporcionar este placer.
-Silvia: ¿Siiiiii, cómo?
-Juan: pues verás, túmbate en el sofá y déjate hacer. Y tu Rosa, fíjate bien.
Juan le abrió delicadamente las piernas a Silvia, y le indicó que con sus manos se abriera bien los labios vaginales, tanto como pudiera, justo hasta no hacerse daño. Entonces Juan empezó un delicado lameteo con su lengua y su dedo alternativamente, lo que producía un desenfrenado placer en Silvia, a juzgar por la cara de felicidad que ponía. Como Juan estaba agachado, Rosa se iba fijando con detalle, mientras el pene de Juan había empezado a reactivarse de nuevo.
-Rosa: yo también quiero ver como sale tu leche, ¿me dejarás?
-Juan: uhhmmmm, zi, clago, pego ezpega que tegmine con Silvia, ¿vale?
-Rosa: ¿que termines el qué?
-Juan: luego te cuengto... ezpega un poco y obsegva...
Juan proseguía su lameteo con el clítoris de Silvia, cuya vagina había empezado a generar tal cantidad de fluidos, que Juan no podía sorber sin evitar que resbalaran por los tiernos muslos de Silvia. Entonces se apartó un poco y le dijo a Rosa:
-Juan: mira Rosa, ¿ves como ha crecido el clítoris? Introduce tu dedo en la vagina de Silvia para lubricártelo un poco y luego toca aquí (señalándole el clítoris).
Rosa obedeció sin rechistar y tras empaparse sus dedos con los jugos de su amiga Silvia, acarició y pellizcó el clítoris de Silvia, para verificar su textura y tamaño. Entonces Silvia lanzó un alarido y todo su cuerpo empezó a temblar, y gritaba:
-Silvia: Rosa no pares, no pares, siiiigueeee!!!!!!
Juan le apartó la mano y le dijo:
-Juan: mira, así, así...
...y empezó a friccionar enérginamente el clítoris de Silvia, como si sus dedos fuesen un potente vibrador. De repente Silvia se quedó tensa, arqueando su pelvis hacia arriba mostrando en todo su esplendor el erecto clítoris de su vagina, que sobresalía como un centímetro del interior de su capuchón, tras lo cual se "derrumbó" sobre el sofá, quedándose toda temblorosa. Transcurridos unos segundos preguntó:
-Silvia: Juan, Juan, ¿qué ha sucedido? ¿Porqué me puse así?
-Juan: igual que los chicos "explotamos" liberando nuestro sémen, las chicas alcanzan su "climax" mediante una especie de descarga eléctrica, que es lo que acabas de experimentar. Esto es lo que se denomina el "orgasmo".
Tras la excitante reacción de Silvia, el pene de Juan había vuelto a alcanzar una descomunal erección, por lo que le dijo a Rosa:
-Juan: ¿no querías ver salir mi lechecita? Pues mi pene ya está a punto de estallar otra vez. Ya que antes fué Silvia quien se la bebió, fruto de tu trabajo, justo es que ahora te la bebas tu; pero lo haremos de otra forma: Utiliza tu boca como has hecho antes tan bien con tu vagina, y así no será preciso que te apartes. Cuando yo me venga, podrás bebértela toda, sin derramar una sola gota!!!
Rosa empezó un suave lameteo del pene de Juan, que se retorcía de placer, hasta que, enseñada por la anterior penetración vaginal, fué incrementando el ritmo de los chupetones de su boca al pene de Juan. De repente éste se puso tenso y expulsó todo su sémen al interior de la boca de Rosa, quien se afanó en no dejar derramar ni una sola gota.
-Rosa: uhhhmmmmm, que rica estáaaaa!!!! Pero yo no sé todavía cómo se siente una con un orgasmo como el de Silvia. ¿No podrías ayudarme a mí?
-Juan: Pues verás Rosa, la verdad es que te lo tienes bien ganado; pero ya estoy algo agotado. Creo que ya teneis suficiente material para vuestro trabajo, ¿no?
-Rosa: esto no vale!!! Silvia sacará mejor nota que yo!!! Yo también quiero saber que se siente con un orgasmo!!!
-Juan: bueno, pero Silvia tendrá que ayudarnos un poco y, además, os daré otro consejo para poder disfrutar al máximo de vuestros cuerpos. Vereis...
Entonces Juan se fué a su habitación y regresó con un sobrecito, del que sacó como un globo de plástico. Dirigiéndose a las chicas les dijo:
-Juan: esto es un preservativo, y se utiliza para que los hombres puedan penetrar a las chicas sin riesgo a embarazarlas y, de esta forma, conseguir que las chicas gocen con un orgasmo fruto de la fricción clitoriana y estimulación vaginal simultáneamente.
Juan protegió su pene con el preservativo, puso a Rosa a cuatro patas en el suelo y le introdujo su pene en la vagina. Fruto de la excitación de Rosa, su vagina estaba mas lubricada, con lo que la labor resultó de lo mas placentera para ambos. Juan empezó un pausado mete y saca, y Rosa pronto empezó a pedir más y mas miembro, que poco a poco había ido creciendo, enfundado en su cubierta de caucho, fruto de la excitación en ver el "espectáculo" que suponía la visión de la vagina de Rosa "pidiendo guerra". Como Juan ya había tenido dos eyaculaciones, le resultó fácil retener la tercera, por lo que pudo prolongar por más de diez minutos la espectacular penetración de Rosa, quien de repente levantó algo más su cadera, y aprisionando fuertemente el pene de Juan con sus músculos vaginales lanzó un fuerte grito de placer, tras lo cual se dejó caer en el suelo, desprendiéndose del erecto pene de Juan.
Mientras tanto Silvia observaba embobalicada toda la escena y tras el orgasmo de Rosa quiso ayudar a Juan en finalizar su tercera eyaculación.
-Silvia: Juan, esto me encanta, es fantástico!!! Túmbate que te ayudo...
Y acercándose a Juan, que ya se había retirado el preservativo, empezó a masturbarle con su mano, mientras con la otra le acariciaba los testículos y con la lengua le iba lamiendo el glande. No tardó mucho en eyacular por tercera vez, pero en esta ocasión Rosa pudo observar de cerca como brotaba la leche del pene de Juan, a la vez que ambas se afanaban por recogerla con las manos y llevársela a la boca para saborearla.
-Juan: bien, espero que hayais tomado buena nota de todo lo que ha ocurrido con cada uno de nuestros miembros y que cuando os den los resultados de vuestros ejercicios os acordeis de vuestro "profesor particular". De momento ahora toca una buena ducha para refrescarnos y asearnos todos un poco, ¿os apetece?
-Silvia y Rosa: ¡Claro, claro! y nos enjabonamos todos juntos!!!
Tras la ducha, que transcurrió con los esperados enjuagues entre todos para no dejar rincón alguno sin asear, se vistieron todos y Juan despidió a sus "alumnas" con un cariñoso "¡Buena suerte!", besando a cada una de sus amigas, que cogidas de la mano salieron hacia sus casas, cuchicheando sobre cada uno de los detalles que iban a poner en sus ejercicios.
Espero que esta irrealizable fantasía les haya animado a todos/as un poco. A mi me ha costado dos semanas escribirlo y me ha supuesto la irrefrenable necesidad de masturbarme en más de una ocasión, ante el riesgo evidente de mojar mis calzoncillos. Si os ha gustado intentaré relatar otra fantasía; pero primero deseo ver que tal les pareció ésta, tras mas de dos años de mi primer relato
Escrito por SEKAB

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