Vacaciones en noviembre

El pasado otoño mi mujer y yo pudimos cogernos una semana de vacaciones. Es cierto que poder disfrutar de unos días de descanso en el mes de noviembre es algo poco común, pero alguna recompensa tiene que tener trabajar todo el verano por aquello de que alguien tiene que quedarse de guardia en nuestras oficinas.

Nuestras vidas pueden caracterizarse de todo menos de monótonas, somos lo que se conoce como una joven pareja volcada totalmente en sus carreras profesionales, no tenemos hijos (y de momento tampoco ganas), estamos a punto de entrar en la cuarentena. Eva tiene 37 años y yo 38. Ambos de buen ver, practicamos deporte cuatro veces por semana y llevamos casados la friolera de 9 años.

En el tema del sexo nos va bien, dos o tres veces por semana según vengan los días, aunque es cierto que los últimos meses más que hacer el amor solo nos follamos con el único fin de corrernos. No sabía sinceramente si Eva habría tenido alguna aventura fuera del matrimonio; aunque mucho temía que algún polvo salvaje habría echado por ahí. Yo desde luego si he tenido algunas aventuras, nada serio.

Pero volviendo a nuestra semana de vacaciones, al llevar una vida tan subida de estrés y con horarios infernales, por primera vez decidimos no realizar ningún viaje importante y centrarnos en descansar, relajarnos, pasear, disfrutar del otoño y sus colores pero sobre todo en follar como enanos.

Buscando todo esto, alquilamos una habitación en una casa rural del Valle del Jerte para estar unos días, de martes a viernes. Con ese espíritu cogíamos nuestro coche y a descansar. Eso sí con los cargadores de los móviles y los portátiles, por si acaso.

La casa no es que fuera bonita, simplemente era preciosa, un jardín de escándalo con su huerta, una habitación grande y muy acogedora, con jacuzzi en el baño. La casa tenía un estilo tranquilo y pleno de detalles. El paisaje del entorno era como para llevárselo al piso para siempre. Los dueños de la casa, Pilar y Antonio, son una pareja muy agradable, jóvenes como nosotros que decidieron dejar el Madrid de los agobios por un modelo de vida más tranquilo en ese magnífico pueblo Nos acogieron perfectamente aunque Pilar nos anunció que el miércoles debía marchar a Madrid para una historia de otro negocio que iban a abrir en la Sierra del Guadarrama.

Nada más llegar e instalarnos nos bajamos a su huerta con ellos y juntos preparamos la comida de nuestro primer día de vacaciones. Antonio es un profesional de la cocina con lo que Eva y yo además de descansar estos días y follarnos mutuamente, engordaríamos un poco. Por la tarde hicimos una pequeña ruta que nos indicaron y a la tarde-noche nos metimos en la ducha para prepararnos a cenar con ellos.

Ese primer día yo ya estaba como una moto, así que al estar Eva en la ducha me metí con ella con la única idea de correrla y de paso esfogar yo. Empecé el tonteo de frotarle la espalda, enjabonarle sus pechos desde atrás, mientras mi polla iba creciendo. Al principio Eva con un "no te emociones que nos esperan…", "no sigas cariño…, luego esta noche…" y "no… déjame… joder como me lo tocas…" En fin que me agache y mientras nos caía el agua me dedique a humedecerla aún más con mi lengua y un par de dedos hasta que "joder… Javier… fóllame rápido… sólo quiero correrme…" Y eso hice, sin más juegos, sin su mamada previa hacia mí y con su espalda contra la pared y su pierna izquierda ligeramente levantada enganchándome…se la clavé.

Cuando noté que empezaba a correrse bajé un poco el ritmo, con lo que empezó a quejarse con su voz entre melosa y deseosa; "pero qué coño haces… sigue… joder…" A lo que le contesté: "tienes hambre, eh?... te follarías a cualquier otro". "Sí… sólo quiero correrme… joder, me sirve cualquier polla…" Total que sin terminar la frase se corrió como una "cerda" (según me dijo ella después) y aunque suene extraño, yo no me corrí con lo que me hizo una paja de solución con algo de desgana y me vacié sin muchos aspavientos.

La cena resultó estupenda y con mucho vino, con lo que por la noche me desquité un poco. No me dejó metérsela pero me hizo una buena mamada y como estaba tan salido viéndola chuparme entero y no pensando precisamente en su boca, le cogí un poco la cabeza y me terminé corriendo en su boca, con la consiguiente floja-bronca de después por su parte. A Eva no le gusta eso.

El miércoles por la mañana Pilar marchó a Madrid y Antonio nos explicó una nueva ruta de turismo, y nosotros quedamos con él en que esa noche le invitábamos a él a cenar fuera de la casa. Durante todo el día Eva y yo aprovechamos para hacer las compras de rigor y algún detalle para la familia. Estuvimos visitando los pueblos del entorno y por la noche volvimos a cenar los cuatro juntos con una entretenida velada de tertulia. Esa noche al acostarnos solo nos pajeamos. Como algunas veces necesitamos hacerlo, cada uno asimismo pero metidos juntos en la cama, en silencio y pensando cada uno en quien le dé la gana… después un "joder… como te lo pasas tu sola o tu solo".

El jueves fue muy especial, por la mañana y después de desayunar con Antonio, nos fuimos los tres juntos a pasear por una ruta que terminaba en unas charcas. El camino de ida fuimos charlando de todo, llevábamos bocadillos y tres botellas de vino. El paisaje era de película. A eso de la una llegamos a las lagunas y entre el calor que hacía, típico de un día soleado de otoño y las tres botellas que nos bebimos…

Antonio quería bañarse pero aseguraba que de haberlo previsto se hubiese traído un bañador. Eva afirmó lo mismo pero se le ocurrió la idea de por qué no hacerlo en ropa interior "en el fondo es como el bañador, pero más apretadito". Dicho y hecho, los dos empezaron a descalzarse, yo me hice el remolón en parte porque me daba un poco de reparo, y en parte porque me preocupaba que mi polla se pusiese en posición de combate. Cuando me quise dar cuenta estaban en braguitas, sujetador y calzoncillos. Me quedé mirándoles embobado y fijamente a sus entrepiernas, Antonio marcaba un buen paquete. Eva me dijo: "Javier, no seas pelma, vamos, mira que nos metemos al agua y te quedas fuera; y deja de mirarnos que parece que nunca me has vistos así y que nunca has visto a otro tío en calzoncillos".

Yo desperté dando un respingo y solo dije: "es que creo que se nos va a notar todo", a lo que Antonio riendo señaló: "y que más da…así nos alegramos todos la vista que con este día y el vino, recuerda que estoy solo y no hago otra cosa que oíros por las noches…" Eva se puso rojísima y solo balbuceó: "qué vergüenza Javier…por dios". Con un vamos al agua de Antonio se tiraron de cabeza y yo empecé a desvestirme.

Estuvimos un buen rato en el agua jugando los tres, esto significaba que nos tocábamos bastante y estoy seguro que al igual que yo para poder hundir a mi mujer le tuve que tocar los pechos y coger por la cintura, Antonio tuvo que hacer lo mismo. Y seguro que Eva al intentarlo con Antonio le tocaría alguna vez no sólo los hombros y brazos, sino también su culo y algún roce con su entrepierna.

Cuando estuvimos refrescados nos salimos los tres del agua y en ese momento si que nos cortamos bastante. A Eva se le notaban los pezones duros y todo su pubis a lo brasileño, a Antonio y a mí se nos veía todo el talle de nuestros penes, porque encima y casualidades de la vida, ambos usábamos ese día bóxer ajustados y blancos. No llevábamos toallas y nos tuvimos que sentar sobre unas piedras a secarnos al sol. Nada más hacerlo quedamos en silencio y mirando al horizonte entre cortados y un poco excitados por la situación, yo lo estaba y supongo que ellos también.

Pasados unos minutos giré la vista para verlos y me di cuenta que Antonio miraba fijamente a Eva y ésta tenía una expresión en su cara de saberse observada con deseo, estaba sonrojada y solo bajaba la cabeza. Al rato Eva se levantó y tapándose con una de sus manos por encima de su braguita dijo que iba a vestirse pero que antes necesitaba quitarse esa ropa porque estaba mojada, pidiéndonos que no mirásemos. Se retiró hacia las mochilas que estaban a nuestras a espaldas quedándonos nosotros en silencio y mirando al frente, cuando me di cuenta Antonio había girado la cabeza y la miraba descaradamente. Nos daba la espalda, estaba desnuda intentando ponerse el pantalón, la mirábamos en silencio y también nos cruzamos nuestras miradas. No dije nada ya que estaba excitado por la situación y más cuando Antonio se tocó colocándose en mejor posición su polla, se estaba poniendo a cien, igual que yo. Cuando terminó de vestirse y al darse la vuelta hacia nosotros y ver nuestros rostros se quedó cortada, muy sonrojada y sólo comentó bajando la mirada: "voy bajando".

Cuando hubo andado unos veinte pasos Antonio se levantó y pude ver como estaba. Tenía un cuerpo perfecto…, me tendió la mano para que me levantase y nos acercamos a nuestras cosas. Yo me quité los calzoncillos y me di cuenta que también me miraba con total descaro, cuando fui a ponerme mis pantalones me observó de arriba abajo, luego me miró a los ojos y puso una medio sonrisa. Esto me desconcertó, yo estaba excitadísimo y la tenía semierecta, él manteniéndome la mirada se bajó sus bóxer despacio…y tengo que jurar que por más que lo intenté no pude no mirarle su polla. Clavé mis ojos en ella y muy despacio fui viendo como cogía y se subía sus pantalones y se los abrochaba, su… era preciosa, gruesa, larga (pero sin exagerar). Era poderosa. Me quedé atónito y cuando terminó de colocarse la camiseta me tocó el hombro y dijo: "¿nos vamos ya?". Volví en mí, le miré a los ojos y sólo sonrió volviendo a tocársela y yo volviendo a bajar la vista. Eva a unos veinte metros nos estaba mirando.

Al llegar a ella estaba cortada y miró con unos ojos entre excitados y avergonzados a Antonio, éste sonriéndole y tocándole la mejilla le dijo como con malicia: "tú también nos has mirado, a más distancia, pero no has apartado la vista". No hablamos de nada hasta llegar a la casa, yo por momentos me subía la excitación y en otros me cabreaba un poco, pero lo que sentía claramente es que necesitaba correrme. Al entrar en la casa, Antonio nos citó un rato más tarde a cenar en su office, nosotros no opusimos resistencia y dijimos un tímido sí.

Cuando estuvimos en nuestra habitación Eva me miró con cara de pena y con mucha excitación. Me acarició la mejilla con toda su mano, agachó la cabeza y sin decirme nada se metió en el baño. La sensación que tuve es que deseaba trabajarse a Antonio y que lo había decido. Estuvimos en total silencio mientras nos arreglábamos y fuimos a su apartamento dentro de la casa.

La cena transcurrió tensa pero se daba una sensualidad que reinaba en el ambiente, no paramos de beber vino, abrimos cuatro botellas. Al terminar nos preguntó si queríamos un café o una copa, los dos dijimos una copa. Antonio sacó bebidas y un cubilete de hielo y nos sentamos en el sofá frente a la televisión, Eva a mi izquierda y Antonio a mi derecha. A esas horas ya hacía un poco de frío así que nos echamos una manta sobre las piernas. Ahí fue cuando Eva comentó que estábamos de foto y que sólo nos faltaba el cine, yo cogí el mando de la tele de la mesa bajera con el fin de poner la tele para ver si había alguna serie pero Antonio dijo: "tengo un peli que no he visto, está ya preparada, dale al dvd seguro que nos gusta" , con lo que Eva afirmó: "me gusta la idea".

Cuando fue a salir la carátula de inicio, Antonio apostilló: "seguro que os gusta…pero es porno…creo que es buena…pero si no os apetece la idea la quito". No supimos que decir, estuve tentado de pararla pero miré a Eva que no apartó ni un segundo la vista de la tele para mirarme, tenía la expresión de "por favor no me mires… lo estoy deseando… no lo estropees"; no dije nada… ya empezaba la película.

La cosa se iniciaba en un garaje de un palacete donde había un hombre colocando cosas, iba vestido con un mono de trabajo y un poco manchado de grasa, entraba una mujer bien vestida y le explicaba lo que tenía que hacer, él asentía y la miraba con deseo… empezaban a besarse despacio… se desnudaban con pasión… y cuando empezaba ella a meterse esa polla descomunal pero perfecta… entraba por sorpresa el que parecía el marido de la mujer y se acercaba sin que la mujer se diera cuenta… se desnudaba… y cuando estaban los tres igual… ella se alternaba chupando las dos pollas enormes… y ellos empezaban a besarse… y luego el marido se comía la polla del sirviente…Es decir la peli era bi.

Ninguno de los tres decíamos nada, estábamos en completo silencio y tapados con la manta. A mí se me puso dura enseguida. Nunca habíamos visto una película bi. En la posición que estaba me tiraba algún vello pero no me atrevía a tocarme, Antonio tendría el mismo problema porque le noté un poco incómodo. Yo miraba de reojo a Eva que no apartaba la vista de la tele y fue en un momento cuando cruzó las piernas con su brazo derecho entre ellas, se lo noté por encima de la manta y porque entornó un poco los ojos como de placer, "seguro que se presiona su coñito con su brazo" pensé. Ahí fue cuando Antonio apagó la luz.

Yo no me movía, no sabía qué hacer, noté como Antonio se colocó más cómodo abriendo un poco las piernas y yo lo imité. Todo esto sin apartar la mirada de la tele y viendo algo que me ponía loco: dos tíos haciéndole un bocadillo a una y un tío y una tía follándose a uno…

Con la luz apagada y tapados por la manta me atreví a tocarme un poco con mi mano izquierda y noté como Eva se frotaba con disimulo y como Antonio hacía lo mismo. En un momento dado oí como alguno de los dos se desabrochaba los botones… yo tan pronto miraba a la T.V. como intentaba mirar por encima de la manta cómo se tocaban cada uno así mismo. Entonces me bajé, con mucho cuidado, la cremallera y conseguí sacármela. Estaba acojonado, cortado y asustado no sabía cómo podíamos acabar. Notaba como Antonio bajaba y subía su mano y como Eva se frotaba.

La película seguía… dejé caer mis manos al lado de mis piernas y noté que Eva se estaba acariciando, no sabía si por fuera o dentro de sus braguitas, pero sí movía su mano dentro del pantalón que intuí abierto. Al notar mi mano cerca de su pierna la cogió… noté dos o tres dedos húmedos y percibí que se empezaba a tocar con su izquierda, mientras me apretaba fuerte la mía. Al mismo tiempo, mi mano derecha tocó sin querer la mano de Antonio que entonces hizo lo mismo que Eva, estrecharme mi derecha sin mirarme, sentí un escalofrío…Notaba por debajo y observaba por arriba de la manta como se masturbaban muy despacio.

En esa situación de total silencio, salvo por los gemidos del DVD, oímos un suspiro de Eva que envidenciaba que se estaba haciendo unos dedos con mucho morbo. Me solté de su mano y la dirigí directamente a su coñito, toque su izquierda… palpé como tenía metidos tres dedos… los sacó y me dejó hacerle torpemente… estaba mojadísima… no recordaba haberla sentido así nunca.

Según estaba dándole placer a mi mujercita, Antonio que me tenía la mano derecha apretada se la acercó a su polla… dios… nunca había tocado otra polla… era suave, tersa, dura… enorme… me impresioné… la apreté fuerte… y suspiró en alto… Entonces él cogió mi pene y empezó a masturbarme muy despacio… Así que estaba en un "sin saber cómo" con mis manos medio follándome a mi mujer y a un pavo que días antes no conocía de nada. Con lo que por encima de la manta y con la luz que salía de la TV, que seguía mostrando corridas sin parar, se veían tres movimientos que ya no disimulábamos porque nos ponía más cachondos, Eva empezó a gemir despacio y Antonio y yo la imitamos con tonos más broncos.

En ese momento todo se precipitó. Eva quiso cogérmela, necesitaba tocar polla, y al extender su mano para agarrármela se topó con la mano de Antonio… la retiró como asustada y me miró fijamente… sorprendida… yo no dije nada, pero sentí una sensación muy rara. Ella agachó la cabeza y miró a la TV, unos minutos después prácticamente se tumbó sobre mí para tocársela a Antonio… y se encontró con mi mano… me volvió a mirar… más sorprendida, pero ahora me apartó la mano con desdén… sin mirarme y sin decir nada. Al tocar a Antonio… Eva suspiró en alto y éste soltó un "joder". El DVD finalizó, volvió la carátula de la película a la pantalla y alguno (supongo que Antonio) apagó la TV. Ahora sí, todo era oscuridad. Era lo que nos faltaba.

Eva retiró como pudo la manta que nos cubría… sacó mi mano de su entrepierna… se levantó sin soltársela a Antonio, se dirigió hacia él… se puso de rodillas entre sus piernas… y siguió jugando con esa "perfecta polla"… Enseguida oí los suspiros y gemidos de Eva y a Antonio decir en alto: "Joder que boca…hija de puta… me la estás aspirando… sí…sí…así… entera". Se oían los sonidos típicos de una mamada con mucha saliva.

Antonio no permaneció quieto mucho tiempo, se medio agachó y sin previo aviso se metió mi polla en su boca… Nunca había experimentado esa sensación… Por un lado oía a mi mujer mientras le comía la polla a otro, al mismo tiempo que éste me la comía a mí, como nunca me la habían mamado. Él no me aspiraba y tampoco me la chupaba… él me la comía con todos sus labios, con toda su lengua y jugando son sus manos por todos lados.

No hablábamos. Antonio paró a Eva, seguro que estaba a punto de correrse y se levantaron. Notaba como morreaban mientras se desnudaban y yo me desquité de mi ropa. Movió a Eva y la puso a gatas entre mis piernas y entonces sí… mi mujer empezó a comérmela como ella lo hace… aspirando para vaciarme entero. Fue cuando Eva paró y dijo: "Sí… sí… que lengua… entera… me lo está comiendo entero…mi culo… no… sí…entero… todo entero…"

Yo le sujetaba los brazos y solo la oía gemir... y tacos… hasta que gritó: "Me corro… joder…me voy…" "Sí, sí, sí, sí… hijo de puta… que gusto… me corrooooooooo…" Al terminar de orgasmar le gritó que siguiese y él le dijo desde más atrás: "Voy a follarte" "¿quieres que te la meta yo?", "¿No quieres que te folle tu marido?" Eva le dijo que no… que él y Antonio le pidió que lo dijese mejor, a lo que ella le rogó: "Fóllame tú, quiero tu polla, fóllame entera… joder… lo estoy deseando…" Al empezar a clavársela dijo: "Sí me la está metiendo… Javier… me está follando otro… sí…" Yo empecé a decirle: "te gusta… es lo que estabas deseando desde esta mañana", "estas follando con otro delante de mí".

Se la fue metiendo despacio y la folló más despacio aún. Notaba sus vaivenes. Un tío con una buena herramienta se estaba follando a mi mujer y yo sólo le sujetaba a ella mientras le recibía. Así estuvieron unos diez o quince minutos, a veces despacio y otras más fuerte, él se tumbaba sobre su espalda… le acariciaba sus pechos desde atrás… le rozaba su clítoris… ella no paraba de gemir y decía: "¿Qué me estás haciendo?..."

Me sentía extrañamente tranquilo porque en el fondo estaban haciendo disfrutar a mi mujer como se merecía… con mucho mimo y muy sensualmente… Cuando Antonio dijo: "La voy a sacar… estoy apunto…" Eva, sorprendiéndome más aún, como sujetándole, le suplicó: "No, por favor… lléname… quiero sentirte… lo necesito…" Y cuando ella ya gemía muy alto, Antonio suspiró diciendo: "Voy…tómame… todo…". Ella gritaba mientras yo le sujetaba por los brazos: "Sí, sí, sí… que caliente… toda…dios… me corro… que gusto… toda… me estás llenando… siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…"

Cuando terminaron él se tumbó sobre ella besándole la nuca, la espalda, acariciándole los pechos y susurrándole: "qué maravilla, hacía tiempo que no estaba con una mujer así…" Entonces sí que sentí celos, pero también envidia de Antonio… y también, para mi sorpresa, de Eva… mi mujer…por haber sido penetrada así… Enseguida Eva se levantó y se sentó encima de mi diciendo que la follase, se la clavó de un golpe. Yo empecé a comerle los pezones y notaba como mi polla le bailaba dentro… estaba dilatadísima y mis testículos se fueron mojando de su flujo y del semen de Antonio. Éste se puso de pie en el sofá y Eva le cogió su polla y empezó a limpiársela con la boca.

Entonces me atreví… y saque la lengua… y chupaba aquellos huevos…y el tallo de su polla… hasta que me la metí entera en la boca… sabía dulce y un poco ácida… y me corrí… entero… Eva ni notó mi leche… se acarició fuerte el clítoris… y se volvió a correr gimiendo de nuevo.

Al terminar yo la polla de Antonio estaba dura como al principio. Eva se levantó de mí, diciendo: "joder… que gusto…", "cariño… no sabía que te gustaban tanto las pollas… ¿sabes?... no te enfades pero la tuya ni la siento dentro... que noche…" Bebió del primer vaso que cogió y como pudo salió del salón consiguiendo encender alguna luz de otro sitio. Con la tenue iluminación que entraba por la puerta pude ver la enorme polla de Antonio en toda su plenitud mientras jugaba con ella con mis labios…

Me sujetó la cabeza y me folló la boca hasta la garganta y consiguió con esa fuerza ponerme cachondo de nuevo. Le saboreé entero y cuando iba a correrse en mi boca me la quito de los labios, se agachó de rodillas, me tiró de las caderas hacia fuera del sofá y me comió la polla y sobre todo mi culo… Fui notando como me iba abriendo, como me iba dilatando hasta que jugó con mis dedos en mi ano. Y así cuando él quiso me miró, se medio levantó… me besó… metiéndome la lengua… diciéndome al oído: "pídeme que te follé a ti también". Yo solo dije: "Clávamela cabrón… de una puta vez…" Y me puso su polla en mi culo… y empujó… Fue despacio, lento…sin nada de dolor…y le noté entero…hasta sus huevos chocaban en mi culo… noté un gusto indescriptible, mi polla se puso como nunca de dura… creció…

Volvió Eva y al vernos se sentó a mi lado diciéndome al oído: "disfruta… siempre lo has deseado… libérate… se que te gustan las pollas… siempre miras los paquetes de los tíos…" Yo solo atinaba a decir mientras me besaba Antonio: "sí, sí, sí…" Y Eva: "dilo lo estás deseando". Hasta que no pude más y grité cogiendo a Antonio de sus caderas hacia mí, apretándole hacia mí: "Fóllame cabrón… soy…soy… un puto maricón… me gustas desde que te vi… que gusto me das…" y ME CORRÍ … sin tocarme.

Nunca me había corrido sin tocarme, me dieron ganas de llorar y de reír al mismo tiempo. Por fin me habían echado un polvo. Había dejado de ser virgen de verdad… era feliz y me corría sin parar… Y noté lo que me faltaba… su leche… caliente… a embestidas… a borbotones… con fuerza… me empujaba…ME CORRÍ … otra vez. Casi no solté leche pero me corrí…

Al salir Antonio de mí se tumbó en la alfombra diciendo: "sois unos putos viciosos". A lo que Eva le dijo: "prepárate… bebed lo que os dé la gana, pero quiero más, necesito ser muy puta de verdad y lo mejor es que quiero serlo delante de está maricona (por mí) que me ha puesto a cien otra vez…" "Pon porno salvaje…quiero que me llenéis de lefa, quiero estrujaros…" Nunca había hablado así…

Antonio se puso serio, se levantó y fue hasta la televisión diciendo: "esto es lo que yo quería… no vas a poder doblar las piernas en un mes…" Directamente apareció en el monitor una tía entre cinco tíos comiendo pollas a cual más grande.

Se acercó al sofá, se sentó en medio de los dos y bebió un trago de ron directamente de la botella. Al rato de estar viendo como esos tíos se follaban a la rubia de bote de la película Eva empezó a acariciarse brutalmente el clítoris y Antonio le ordenó: "no…te…toques…" Ella paró en seco. Minutos más tarde nos dió otra orden: "Zorrita ya puedes comérmela y maricona tócame los huevos mientras tu mujer me la mama". Eva inclinándose le dijo: "joder lo estaba deseando… como me pones…" Y él: "no…no te pone que te deje chupármela… a ti lo que te gusta es que te den fuera lo que no te dan en tu cama…" "Pero para seguir (gemidos de Antonio) comiéndomela… me tienes que decir… cuantas veces te han follado fuera de casa… y cuantos rabos has chupado… porque tú no eres de coños… tu eres de leche (otro gemido)".

Eva levantó la cabeza y le miró como diciendo no me pidas eso, delante de mi marido no. A mí ni me miró. Antonio la volvió a parar, le sujetó la cabeza y le dijo en voz baja pero en tono enérgico: "si no me lo dices, no sigues y te quedas con el calentón". Entonces sí, me miró como pidiéndome perdón y dijo: "con la tuya unas treinta". "¿30 qué?", le volvió a preguntar, "¿polvos o lechadas que te has bebido?". "Las dos cosas", dijo ella…

Me quedé a cuadros. Me quise morir. La miré… ni me dirigió la mirada…

Escrito por eva (casadaexcitada@hotmail.com)

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