Regalo de cumpleaños (2 y final)

Si le dejo meterme mano y se da cuenta de lo hinchado y mojado que tengo el coño se va a distraer y solo falta que tengamos un accidente y yo sin bragas.

Cuando a las siete de la tarde mi cuñada me pidió que la devolviera a su casa, nuestros amigos ya se habían ido, sentí cierto nerviosismo e excitación.
Bajamos al parking y salimos dirección a su domicilio. Ya en la autopista alargue mi mano derecha, los dos íbamos muy callados, para acariciar su pierna por debajo del vestido y con la intención de llegar a tocar su sexo que esperaba siguiera sin la protección de las bragas, pero ella no me dejo.
- No seas loco. A ver si vamos a tener un accidente.
- Solo quería saber como estaba tu entrepierna
- Después de estar todo el día sin bragas y pensando, ¿Cómo quieres que este?
- Pues déjame tocarlo un poco.
- No, céntrate en la autopista. Cuando lleguemos ya tendremos tiempo. Luego tienes la excusa de que había mucha caravana al entrar en Barcelona, o sea que
Podemos estar un buen rato celebrando tu regalo.
- Esta bien. Tienes razón – tuve que asentir porque realmente podía ser peligroso
jugar mientras conducía.
Nos callamos de nuevo los dos y nos abandonamos cada uno a nuestros pensamientos.
Hacia tiempo que no estaba tan caliente durante tanto tiempo como hoy. Lo de esta mañana ha sido una guarrería pero coño que bueno estaba y que gusto he sentido, nunca creí que correrse y mear al mismo tiempo se pudiera hacer y además que diera tanto gusto.

Creo que no hice bien cediéndoselo a mi hermana hace tantos años, creo que me he perdido mucho gusto y muchas fantasías. Porque tengo que reconocer que yo no soy muy fogosa pero Andrés tampoco tiene mucha imaginación. Umm tengo que probar mas cosas hoy.

Todavía recuerdo cuando me chupaba los pezones de joven, ¡que bien lo hacia! Nadie me los ha vuelto a chupar como él. Aquellos lotes que nos dábamos en la oscuridad del cine y las pajas que nos hacíamos con las manos debajo de nuestras chaquetas. Joder, ¿yo entonces era más caliente?, ¿no será que con Andrés nos limitado a calmar la calentura, echando los polvos como algo natural? Si desde luego le echamos poca imaginación y también poca pasión, quizás sea culpa mía más que de él…

Mire a Isabel y me di cuenta que se había acomodado dejándose caer en el asiento con las piernas abiertas y los ojos entrecerrados, se notaba que estaba pensando o dormitando, llevaba los brazos cruzados sobre el pecho apretándose las dos tetas con las manos, en un gesto natural pero que yo quise entender hacia para darse gusto.
Active todo el sistema de seguridad de mi coche, control de carril, control de velocidad y radar delantero porque también me di cuenta que mi cabeza estaba absorta en pensamientos que poco tenían que ver con la carretera, aunque inconscientemente conducía correctamente, mejor no correr riesgos.
Que callado va, ¿en que ira pensando? Quizás en como me va a follar. Uff me gustaría que solo llegar y cerrar la puerta me empujara contra la pared, me levantara el vestido y se bajara a comerme el coño. Joder, tengo ganas de saber que se siente. Estoy harta de leer relatos sobre sexo oral y oír a mis amigas de lo bien que se lo pasan, mientra yo disimulo diciendo que son unas guarras y que no se como les puede gustar eso. Coño, que antiguo es Andrés que solo lo ha intentado dos veces en nuestra vida de pareja y como le dije que no, por hacerme la Señora, ya no lo ha intentado más. También es verdad que lo hice porque no me apatecia chuparle la polla a él.

La volví a mirar, iba absorta en sus pensamientos, y me di cuenta que tenia los mofletes colorados.
Creo que esta tan caliente o más que yo, hay que ver que mojada tengo la punta de la polla.
Cuando lleguemos, solo cerrar la puerta la voy a dejar en pelotas, le chupare las tetas hasta que gima como cuando éramos jóvenes, seguro que aun se acuerda de las chupadas de pezones que le hacia. Y de las pajas que nos hacíamos el uno al otro.
La sentare sobre las escaleras, le haré abrir las piernas y le comeré el coño hasta que grite de gusto y se corra por primera vez: Empezaré besándole y lamiéndole el interior de los muslos de fuera adentro hasta rozar con la lengua los labios del coño pero sin chapárselo hasta que la ansiedad de sentir mi lengua la haga perder todo control y levante el culo buscando mi boca.
Entonces le meteré la punta de la lengua y le succionaré los labios y el clítoris, pero no dejare que se vuelva a correr. Quiero que este muy cachonda, deseando que le haga de todo y que dese comerme la polla, aunque no estoy seguro que eso le guste pero me encantaría correrme en su boca de Señora respetable.

Iba con la mirada fija en la carretera, las manos apretaban el volante para evitar perder el control del coche, pero realmente no estaba seguro de saber por donde iba, con excepción de algunos momentos de consciencia como este. Mi polla estaba dura amenazando la tela del pantalón y muy mojada. Yo creo que Isabel se había dado cuenta porque había cambiado de posición las manos y ahora las tenía sobre el regazo presionando la tela del vestido sobre su entrepierna.
Que dura la tiene. Umm ha mojado el pantalón, esta supercachondo. Este hoy me va hacer todo lo que he soñado siempre. Joder, voy a cumplir todas mis fantasías. Quiero correrme encima de su boca, chuparle la polla despacio saboreándola, quiero saber que se siente teniéndola en la boca. Lo malo es si decide correrse en mi boca. Me gustaría probarlo, mis amigas dicen que les gusta pero no estoy segura que no me vayan a dar arcadas

Ummm, cuando la tenga bien dura quiero montarme encima, de espalda a el, que me vea el culo y como entra y sale su polla en mi coño. Lo haré en la cama delante del armario para yo poder ver como me entra su polla en mi coño y como se mueven mis tetas. Quiero cabalgarlo como si fuese mi caballo blanco y sentir sus huevos tocando mi coño. Quiero que me chorree su leche dentro del coño y sentir luego como resbala por mis muslos y moja sus huevos.


Quiero que me diga que soy una golfa y que me va a llenar de leche hasta dejarme preñada.

Llegábamos a la salida de la autopista, menos mal que no me la salte. Por lo visto iba más atento de lo que parecía.
Prepárate cuñada que falta poco para que ese cuerpo de medio monja tiemble de placer y se moje con el néctar de mi polla. Te voy a cabalgar como esta mañana pero ahora como a una
Yegua en celo y no te daré la leche en el coño sino en la boca, para que te acuerdes de mi cumpleaños. Es tu regalo, no puedes negármelo
De la salida de la autopista hasta su casa, una apareada de dos pisos en una urbanización de montaña, había solo unos cinco minutos en coche. Estábamos llegando. Sentí como los nervios de la inminente follada con Isabel se habian disparado y estaba sudando.
Joder, estamos llegando. Hay que ver como me bombea el corazón, siento las pulsaciones en el coño. Esta sensación no la recordaba desde jovencita y por dios que me encana. Que haga lo que quiera conmigo, pero que me de placer, quiero correrme, quiero hacer todas las guarrerías que se le ocurran y que nunca he hecho, más que en mis sueños calientes

-Despierta, hemos llegado
- Tío, que no venia durmiendo
- Pues lo parecía. No has dicho palabra
- Ni tu tampoco. Venia pensando en mis cosas…abriré la puerta del jardín y entras el coche
- Como quieras, también puedo dejarlo en la calle
- No, mejor éntralo que dentro no lo ve nadie. A nadie le importa cuanto tiempo estas.
- Vale. Lo meto en el garaje
- No hace falta, en el jardín tampoco se ve – dijo bajándose el coche y dirigiéndose a la cancela de hierro.
Esta claro que no ha cambiado de idea, tiene tantas ganas como yo. Me gustaría correrme entre sus tetas y mojárselas con mi leche. No, prefiero en su boca. Joder, a ver si puedo correrme dos veces…



Mientras yo aparcaba el coche, ella cerró la verja y se dirigió a la puerta de entrada a la casa. Esa puerta, a nivel de jardín y del garaje, da a una escalera que conduce al primer piso, donde hay otra puerta de entrada.
¡Para el coche ya!, ven y méteme mano, quiero mojarte la mano y la boca con mi coño.

Ella me esperaba aguantando la puerta que cerro nada más yo la traspase, al tiempo que la tomaba por la cintura y nuestras bocas se encontraron abiertas en un morreo tan apasionado que parecía que hacia años que no dábamos un beso ni saboreábamos una lengua. La empuje con brío contra la pared, ella paso las manos por detrás de mi nuca amarrándome el pelo y llevándome la cabeza hacia sus tetas. Se las bese por encima del vestido mordisqueándole los pezones que amenazaban perforar la tela del vestido. Con una mano le saque una teta por el escote de dentro
del sujetador, salio presionado lo que aun hizo crecer más su pezón que destacaba como un pequeño falo en medio de la aureola oscura. Me lo metí en la boca y empecé a chuparlo suavemente, al tiempo que con la lengua lo rodeaba una y otra vez, arranándole gemidos entrecortados. Una de sus manos había soltado mi pelo y ahora sostenía la teta dándomela a mamar. Eso me ponía muy cachondo aunque mi polla ya no podía estar más dura.
Mis manos habían ido a parar debajo de su vestido y mientras una estrujaba sus nalgas, la otra se empapaba en los líquidos en su coño peludo, su pelo estaba realmente chorreando. Le introduje sin ninguna complicación dos dedos dentro del coño súper lubricado, al tiempo que seguía chapándole el pezón. Ella gemía y respiraba con la boca abierta, mi corazón estaba acelerado de una forma que no recordaba desde que de jovencito había tenido mis primeras experiencias que poco más habían pasado de los morreos típicos con la chica calentorra de clase y algún toqueteo.
La fui llevando suavemente hasta sentarla en el segundo escalón, el vestido ya lo tenía remangado a la altura de la cintura. , lo hizo ella, de par en par hasta que sus pies chocaron con las paredes laterales de la escalera. Ante mi apareció excitante, provocadora aquella mata de pelo negro quedo enfocándome con los labios del coño abiertos y llenos de lujuria, mientras ella echaba su cuerpo hacia atrás mirando al techo.
Me arrodille y lleve mi boca y me lengua ansiosa a su entrepierna. Le pase la lengua plana de abajo arriba y de arriba abajo por dentro de los labios, deteniéndome en el clítoris que estaba inflamado, se debe hacer muchas pajas, porque lo tiene muy desarrollado –pensé- vaya con la Señora de misal y rosario.
Sus gemidos eran continuos, aunque suaves y no estridentes. Yo estaba disfrutando comiéndola de aquella manera porque notaba que ella estaba experimentado un placer al que no estaba acostumbrada por su forma de reaccionar. Levantaba y bajaba el culo de forma convulsiva, buscando sentir mejor mi lengua.
En un momento dado levanto el culo buscando pegar mas su coño a mi boca, gimió, y cerro las
Piernas atrapando y presionando mi cabeza entre ellas mientras mantenía el culo en alto, casi en línea horizontal con su pecho y al tiempo que incorporaba el pecho y la cabeza, apoyando sus manos en los escalones para mirar la entrepierna donde mi cabeza estaba atrapada, tenia la boca abierta. Se había corrido, abundantes flujos me habían mojado la cara, pero volví a separarle las piernas y seguí lamiéndola más despacio.
Poco a poco se fue relajando, su cuerpo volvió a su posición inicial y pronto volvió a moverse, dándome señales de que volvía a disfrutar.
De pronto dio un salto incorporándose, bajándose el vestido de golpe y metiéndose la teta dentro del vestido. Yo me sobresalte, no atendía a saber que ocurría, me quede de rodillas con cara de entupido e incredulidad, no entendía lo que me decía en voz baja.
Por fin comprendí:
- ¿ Que te pasa?
- He oído toser arriba. Hay alguien
- ¿Que dices? – hablábamos en voz baja
- Habrá sido en la calle.
- Que no, que ha sido arriba
Se me paso la calentura de golpe y creo que a ella también. Me limpie la cara con el pañuelo pues la tenia mojada de su coño.
Subimos despacio hacia el piso. Ella abrió la puerta y efectivamente la luz estaba encendida.
- ¿e Hay alguien? – pregunto ella como no queriendo molestar.
- Si soy yo. Estoy en cama – se oyó la voz de mi cuñado en el piso superior
Nos miramos aterrados. Ninguno esperábamos que volviera aquella tarde
- ¿Que haces en cama? – le pregunto mientras enfilaba las escaleras hacia arriba
- Tengo fiebre
Bueno, si estaba en cama no se abra enterado de nada - pensé mientras decidí seguirla a ella
- ¡Hola cuñado! - le grite desde la escalera
- Hola sube que tengo un trancazo de cuidado
- ¿Y porque no me llamaste cuando viniste? – le recriminó Isabel
- ¿Para que? Solo es la gripe, me tome un paracetamol y un vaso de leche caliente con miel y me metí en cama. He dormido hasta hace un momento que me despertó la tos.
Ufff, menos mal….no se ha enterado de nada. Si supiera lo a gusto que se estaba corriendo su mujer mientras el dormía…

Joder, te podrías haber puesto malo mañana, me has dejado a medias de mi orgia. Menos mal que al menos he disfrutado de una buena chupada de coño. Bueno, así también me evito chupársela a Pelayo. No hay mal que por bien no venga, no estaba yo segura de poder hacerlo o
Recibir su leche en mi boca sin que me diera asco.

Estuve como diez minutos dándole conversación, mientras mi cuñada le preparaba un caldito caliente. Luego fui al servicio me puse gel en las manos y me lave bien la cara para e vitar que al llegar a casa oliera a coño.
Me despedí y mi cuñada se ofreció a acompañarme a la puerta y abrirme la verja del jardín otra vez.
Cerró la puerta del piso y bajamos las escaleras. Antes de abrir la puerta de fuera, nos miramos con un gesto como diciendo “ por poco..”. No me resistí a abrazarla, darle un buen morreo y meterle las manos debajo del vestido. Ya se había puesto bragas. Me beso con ganas y me separo de ella.
- Venga, vete…creo que el regalo de cumpleaños se acabo antes de tiempo pero mejor así.
- Pues me lo debes
- Ni hablar, ya te dije que hoy era hoy. Mira lo que pudo haber pasado si no llega a estar en cama. ¿Y si hubiese llegado esta mañana?
- Tienes razón.
Le di otro beso y nos despedimos.
Cuando llegue a casa, mi esposa ya se había acostado. No me extrañó porque con el trabajo que había llevado todo el día con la comida y los invitados debía estar agotada. Procuré no hacer ruido.
Me di una ducha, mi polla estaba flácida pero muy sensible. Sentía necesidad de correrme y tentado estuve de masturbarme, pero hacia mucho tiempo que no lo hacia y me pareció un poco patético, después de lo que había pasado.
Me puse un calzoncillo y me metí en cama, siempre duermo así. Me acomodé y de mi mente no desaparecían las imagines de mi cuñada disfrutando con las piernas abiertas en la escalera y luego la de mi cuñado en cama. Una cierta angustia me invadía, pensando en lo que podría estar pasando en aquel mismo instante si mi Andrés nos llega a pillar. Seguramente no estaría tan relajado en mi cama, al lado de mi mujer.
Alargue la mano a tocar a Marta, necesitaba sentir que estaba a mi lado. Muchas veces lo hacia, me gustaba alargar la mano y tocarle el culo y sentirla allí. Cual no fue mi sorpresa cuando note que estaba desnuda.
- CREI que no ibas a venir nunca a la cama. – me dijo acercándose a mi
- Hola cielo, pensé que estabas dormida.
- Has tardado, ¿no?
- Si, es que estaba tu cuñado en cama. Se había venido del trabajo porque tiene la gripe
- ¿Y porque no llamó?
- Ya sabes como es
- Bueno, ya estas aquí. Me falta darte mi regalo
- ¿Ah si? ¿Y donde esta? – me hice el tonto
- ¿Te parezco poco regalo yo? – me dijo colocándose a horcajadas encima Mio
No conteste, me agarré a sus dos tetas y empecé a chuparle los pezones, recreándome primero en uno y después en otro, como a ella le gusta y como si estuviera hambriento de días.
Ella me acariciaba el pelo.
Cuando ya mi polla dura daba suaves espasmos contra su culo buscando la entrada a su coño, ella se coloco con las piernas abiertas encima de mi boca para que le comiera el coño, a mi me encanta en esa posición y a ella también. Lo disfrute como nunca lo había hecho desde hacia mucho tiempo, ella lo lleva depilado en la zona propia del coño, solo tiene pelo en el monte de Venus, con lo que es mucho más fácil chuparlo. Lo comí como si fuera un manjar y a punto estuve de correrme solo con el placer de hacer disfrutar a Marta de mi boca y con el profundo amor que se lo estaba haciendo, una sensación difícil de describir cuando disfrutas dando sin importar si vas a recibir o no. Se corrió encima de mi boca.
Nos besamos apasionadamente. Mis manos recorrían sus curvas, ansiosas de tenerla, de sentirla mía, de transmitirle el profundo sentimiento de amor que tenia en aquellos momentos.
Muy despacio se coloco encima de mi polla y moviendo el culo la fue buscando hasta que el glande se fue introduciendo entre los labios de su coño y encontró la entrada hacia la profundidad de su vientre. Ella tiene solo orgasmos clitorianos por lo que esa es una postura habitual hasta que ella se corre. Me cabalgo con suaves movimientos de culo, de abajo arriba, apretando y soltando con los músculos de su coño como si me la estuviese mamando muy despacio, mientras inclinada sobre mí sus tetas quedaban a la altura de mi boca para que siguiera chapándolas. Como siempre, supe que iba a correrse porque empezó a decirme ciertas palabras
De pasión al oído y su culo acelero el movimiento, mientras mi polla entraba y salía de su coño
chupada por aquellos labios y músculos que tanto conocía pero que tanto placer me daban siempre. Se corrió en silencio, como siempre. Nos abrazamos tiernamente, como siempre.
Saque mi polla de su coño. Ella se puso de lado y subió una pierna en forma de tijera sobre la otra, de forma que su coño quedaba dándome una hermosa vista entre los muslos. Me coloque a horcajadas sobre sus piernas, introduje mi polla entre ellas y penetre su coño. Empecé a moverme, como siempre, notando mis huevos rozar sobre su pierna, disfrutando de la vista de su culo y acariciando sus tetas. Ella se movía para ayudarme en mis movimientos, como siempre.
Sentí como el placer se iba extendiendo de mis huevos hasta la punta de mi polla. Disminuí el ritmo para largar aquel placer. Me movía muy lentamente sacándola casi hasta fuera del coño, para volver a introducirla despacio hasta el fondo, hasta sentir que la punta tocaba con el fondo de su coño. Creía morir, no quería que aquello se terminara.
- Me gusta, no quiero correrme
- Échamela toda ya – me decía con amorosa voz- quiero sentirla dentro
- Uff….te voy a llenar el coño de leche. Estaba muy caliente, tenia muchas ganas
- Lo se y yo también, por eso he querido celebrar tu cumpleaños.
- Ummm….gracias mi amor. Déjame acabar despacio, quiero sentir como el placer
recorre mi polla dentro de ti.
- Disfruta de tu coño y llénalo de tu calida leche. Te quiero
- Ufff…me corrooo – dije mientras ella aceleraba el movimiento de sus caderas queriendo
Sacarme hasta la última gota.
- Buren polvo eh? Me dijo
- Fantástico mi amor. Te quiero
- Yo también te quiero
Sin salir de ella, alargue la mano saque dos paños de tocador del cajón de la mesita, le ofrecí uno a ella y me quede otro yo. Saque la polla de su coño y pude ver como salía mi leche que ella seco poniendo el paño sobre su coño y yo me seque mi polla con el otro, como siempre.
Nos acostamos abrazados, besándonos y dejando que nuestras manos acariciaran la piel caliente de nuestros cuerpos exhaustos ya. Axial dormimos felices, como siempre.
Mi cuñada volvió a ser simplemente mi cuñada, como siempre había sido.

Escrito por Pelayo

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